Desafíos para las compañías
Ahora que la empresa ha sido capaz de desarrollar un entorno solidario, puede invertir más en otras cuestiones porque le resultará más fácil comprender la violencia de género y, por tanto, acoger a las mujeres que se enfrentan a ella.
De hecho, la empresa es ahora consciente de los problemas que rodean a la violencia de género y ha eliminado los tabúes que rodean el tema.
Las empresas pueden implicarse de varias maneras:
- Desarrollando un programa de tutoría con empleados formados que quieran compartir su experiencia;
- Ofreciendo visitas a la empresa;
- Proponiendo formación/pasantías.